Ya empieza el mes de febrero. Personalmente, enero fue un mes muy interesante. Tuvimos mucho fútbol, algo de cine, enormes polémicas causadas por el FBI con el cierre de ciertas páginas de internet, una amenazante ACTA, la "crisis nuclear" (por así decirlo) de Irán y, en mi caso, algunas desilusiones y, sobre todo últimamente, antiguas pasiones que vuelven a emerger.
Escogí ésta ocasión para comunicarme con ustedes de una manera más directa. Tal vez tendremos un diálogo menos formal, menos seco, y con más opiniones. Sobre todo con el tema que pienso desarrollar en la segunda mitad del texto. Hablaré sobre un tema actual, y posteriormente expondré un poco de lo que pienso en cuanto al tema de mayor influencia en los estados de ánimo depresivos en la juventud: el desamor.
De Fútbol y Revoluciones
"Al menos 73 personas han muerto y 136 han resultado heridas por los enfrentamientos entre seguidores de dos equipos de fútbol egipcios en Port Said".
Así se leía la noticia en MedioTiempo. Se oye muy mal, ¿no? Digo, son 73 personas que fueron al estadio a olvidarse un rato de lo aburrido de la rutina. El video es horrible. Personas con el rostro totalmente desfigurado, gente corriendo por todos lados, una total anarquía de la moral.
¿Y qué es lo primero que pensamos? "El fútbol es un deporte de gente agresiva" "Es super peligroso ir a los estadios en todo el mundo" "Pinches nacos".
No sé hasta qué punto sean válidas o no éstas opiniones en la mayoría de los casos. Pero en éste caso en particular, me atrevo a decir que no se debe a una especie de imitación del hooliganismo europeo o de las barras latinoamericanas. Creo que el problema va un poco más allá.
Cabe recordar que Egipto es un país que hace apenas unos meses sufrió una Revolución, tirando el régimen de Mubarack. Tal vez en occidente, la creencia común es que países como éste "ya están bien" porque creemos que una Revolución conlleva a una democratización del Estado. O al menos así nos lo han pintado. Sin embargo, en Egipto se vive una muy seria crisis.
Los jóvenes que llevaron a cabo la Revolución Egipcia viven con un sentimiento de inconformidad, ya que los partidos islámicos fueron los ganadores a la hora de votar, no los partidos cuya estructura se asemeja más a los occidentales. Derramaron tanta sangre para llegar a un Estado Islámico, y no a un Estado Moderno. He ahí el problema.
A lo que voy es que todo esto tiene como resultado una crisis social enorme. Hay cierto grado de ingobernabilidad en ciertos grupos de los que se encuentran inconformes, llevando a algunos actos de delincuencia. A mi parecer, y es una opinión muy personal, todo esto desencadenó lo que sucedió en el estadio de Port Said. Es el reflejo de la crisis social y la impotencia que sufre el pueblo egipcio.
¿Ven a lo que llego por defender el fútbol?
El Desamor
Últimamente he estado pensando mucho en esto. El último año se podría decir que estuve sumergido en un estado de desamor impresionante. A donde iba, arrastraba la melancolía conmigo. He de decir que estuvo lejos de ser mi mejor año, pero creo que ya me he deshecho de las viejas ataduras que me mantenían en el pesimismo. Por eso es por lo que al fin me siento libre de hablar de esto.
El desamor se puede definir como "la falta de amor hacia alguna cosa u objeto" o como "enemistad". Para expresar las opiniones que leerán a continuación he tomado en cuenta sólo la primera definición. Así mismo, tomaré la palabra "falta" como un sinónimo de "carencia". Y toda carencia implica una necesidad. Sin embargo, "necesidad" no es lo mismo que "falta", porque necesitamos tanto lo que tenemos como lo que no tenemos.
Entonces, comenzaremos con una sencilla pregunta. ¿No tenemos todos necesidad de amor?
Los hombres no somos sólo "una cosa que piensa", estamos determinados por nuestras circunstancias. Y, como un ser que se desarrolla forzosamente dentro de una sociedad, nuestra circunstancia determinante es la convivencia. En la convivencia es inevitable la aparición del amor, ya sea por el ideal que las películas y la televisión han inculcado en nosotros, ya sea por la influencia de novelas románticas, o por el simple proceso químico que se lleva dentro de nosotros.
Cuando una persona ama, es necesario que se una a la realidad amada. Es decir, que la persona sea correspondida por aquel ente al que ha decidido amar. Sin embargo, en muchísimos casos es común que en la realidad del ser amado no figure la presencia del amador*. Es aquí cuando se produce el desamor.
El desamor trae como consecuencia melancolía, depresión, soledad y, en algunos casos, un cierto grado de la pérdida de identidad. Hay casos arraigados de personas que llegan a quitarse la vida a causa de esto. Me limitaré a decir que son personas estúpidas que perdieron el sentido de la realidad.
Yo mismo he sufrido de un grave desamor, pero aquí sigo escribiéndoles. Puedo decir que la melancolía ha pasado a formar parte de mi personalidad, sin embargo, esto no me ha hecho alejarme de mi realidad y mucho menos olvidarla. Mi realidad es que vivimos para ser felices, siendo amados por una mujer hermosa, nuestros amigos, o, en el caso de algunos, por su Dios.
Que una realidad amada sea la deseada no quiere decir que sea la correcta. Creo que todos somos capaces de controlar de quién nos enamoramos. Es muy diferente sentir una enorme atracción por alguien a enamorarse.
Así que, ¿qué esperas? Estamos empezando febrero con todo y estás ahí sentado leyéndome. Sal y logra que esa persona se vuelva parte de tu realidad. O simplemente aprende a enamorarte del viento, de la lluvia, de la noche... De la vida.
El desamor siempre estará esperando para pasar a formar parte de ti. Tú tienes la elección de dejar que pase a formar parte de tu realidad, o que no lo haga.
Gracias por leerme y apoyarnos. =)
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Prometo no volver a ser así de cursi en mucho rato.
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*No estoy seguro de haber empleado éste término correctamente.
Últimamente he estado pensando mucho en esto. El último año se podría decir que estuve sumergido en un estado de desamor impresionante. A donde iba, arrastraba la melancolía conmigo. He de decir que estuvo lejos de ser mi mejor año, pero creo que ya me he deshecho de las viejas ataduras que me mantenían en el pesimismo. Por eso es por lo que al fin me siento libre de hablar de esto.
El desamor se puede definir como "la falta de amor hacia alguna cosa u objeto" o como "enemistad". Para expresar las opiniones que leerán a continuación he tomado en cuenta sólo la primera definición. Así mismo, tomaré la palabra "falta" como un sinónimo de "carencia". Y toda carencia implica una necesidad. Sin embargo, "necesidad" no es lo mismo que "falta", porque necesitamos tanto lo que tenemos como lo que no tenemos.
Entonces, comenzaremos con una sencilla pregunta. ¿No tenemos todos necesidad de amor?
Los hombres no somos sólo "una cosa que piensa", estamos determinados por nuestras circunstancias. Y, como un ser que se desarrolla forzosamente dentro de una sociedad, nuestra circunstancia determinante es la convivencia. En la convivencia es inevitable la aparición del amor, ya sea por el ideal que las películas y la televisión han inculcado en nosotros, ya sea por la influencia de novelas románticas, o por el simple proceso químico que se lleva dentro de nosotros.
Cuando una persona ama, es necesario que se una a la realidad amada. Es decir, que la persona sea correspondida por aquel ente al que ha decidido amar. Sin embargo, en muchísimos casos es común que en la realidad del ser amado no figure la presencia del amador*. Es aquí cuando se produce el desamor.
El desamor trae como consecuencia melancolía, depresión, soledad y, en algunos casos, un cierto grado de la pérdida de identidad. Hay casos arraigados de personas que llegan a quitarse la vida a causa de esto. Me limitaré a decir que son personas estúpidas que perdieron el sentido de la realidad.
Yo mismo he sufrido de un grave desamor, pero aquí sigo escribiéndoles. Puedo decir que la melancolía ha pasado a formar parte de mi personalidad, sin embargo, esto no me ha hecho alejarme de mi realidad y mucho menos olvidarla. Mi realidad es que vivimos para ser felices, siendo amados por una mujer hermosa, nuestros amigos, o, en el caso de algunos, por su Dios.
Que una realidad amada sea la deseada no quiere decir que sea la correcta. Creo que todos somos capaces de controlar de quién nos enamoramos. Es muy diferente sentir una enorme atracción por alguien a enamorarse.
Así que, ¿qué esperas? Estamos empezando febrero con todo y estás ahí sentado leyéndome. Sal y logra que esa persona se vuelva parte de tu realidad. O simplemente aprende a enamorarte del viento, de la lluvia, de la noche... De la vida.
El desamor siempre estará esperando para pasar a formar parte de ti. Tú tienes la elección de dejar que pase a formar parte de tu realidad, o que no lo haga.
Gracias por leerme y apoyarnos. =)
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Prometo no volver a ser así de cursi en mucho rato.
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*No estoy seguro de haber empleado éste término correctamente.
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