Clima Muerto

Autor Invitado: Francisco Oliveros

El ser humano nace, crece, se reproduce y eventualmente muere. Pero, ¿en qué momento despierta su conciencia? ¿A qué edad empieza a pensar?

Parece que no hemos aprendido nada después de 2011 años, después de todo el daño que nos hemos hecho. Parece ser que el conflicto o la destrucción es fundamental en nuestra naturaleza, una esencia muy malvada. Si el hombre, o más bien, toda la humanidad no despierta su conciencia, nuestra maldad nos llevará a nuestra propia perdición.

Nadie nace malo por naturaleza en sí. Yo creo que nadie busca ser malo como lo pintan en las películas, todos buscamos el bien. El problema aquí es que, cada quien busca un bien diferente. No todos tenemos los mismos intereses. La indiferencia, el odio, la desigualdad y la perversa idea del poder que mucha gente ha tenido durante muchos siglos, es lo que nos ha destruido en todos los aspectos. 

La gente de hoy en día está muy dividida. Me pregunto: ¿Hay algo malo en que nos unamos todos para dejar de autodestruirnos ? ¿No podemos pensar un poco antes de hacer las cosas? ¿Por qué tenemos que ser tan egoístas? ¿No hemos tocado fondo millones de veces durante 2011 años? 

Piénsenlo bien. Yo lo pensé y he llegado a la conclusión de que la ignorancia nació cuando se generó todo este odio innecesario que nos ha llevado a ser indiferentes hacia nuestro género. La lectura cultiva a todas las mentes, hace crecer a la imaginación y hace reflexionar cuando lees sobre la historia. La salvación para todos es dejar todo el odio que existe (todos somos iguales) y cultivarse en la lectura. El dinero no nos hace diferentes, estamos hechos de lo mismo. Que seamos elegidos para tener el control sobre algo es otro aspecto.

Si dejamos atrás el odio y la indiferencia de los hombres podremos avanzar y vivir en un mundo ideal y lograr una vida casi perfecta. Suena imposible, pero si todos empezamos desde hoy a librarnos de todo lo material que nos sujeta, el odio y la indiferencia, y nos dejamos abrazar por el amor al prójimo podremos lograrlo. Es una simple cuestión de abrir nuestras mentes y aceptar un cambio radical que es para un bien universal.