Cambio perpetuo

El segundero me taladra los oídos, cada grano tocará el fondo y habrá que voltear nuevamente el reloj. Éste pensamiento sobre su durabilidad ha martillado a mi ser desde hace algunos meses, le grito hasta perder la voz que regrese pero mis aullidos se pierden en el viento, jalo la correa en busca de frenar su avance y me azota, susurra en mi oído recordándome quien es el esclavo.

Decidí olvidarlo, dejar de presionarme por su yugo. Ignorar su existencia y combatirlo exprimiéndole cada segundo. Pensar en las posibilidades infinitas de acción y su escasez me dilataron las pupilas, nunca sabré en que parte del camino estoy, sólo se que llegaré a toparme contra un muro incoloro que me desintegrará para siempre y me borrará. Seré uno de millones que vivieron, pensaron y murieron.


Alguna Vez

Alguna vez te encontré.
Con tu belleza, iluminabas el cuarto entero.
Era inevitable fijarme
en quien pronto cambiaría mi mundo.

Alguna vez te aparté el pelo del rostro
para confirmar que me estuvieras viendo.
Tus ojos solían clavarse en los míos
y recordarme por qué estaba contigo.

Alguna vez me reflejé en tu mirada
y sentí que me consumía.
Ahora entiendo que yo era
el que te congelaba con la suya.

Alguna vez sentí latir tu corazón.
y comprendí que me amabas.
No pude más que regresarte el gesto
y mostrarme como esperabas.

Alguna vez navegué sobre tu piel
y me perdí en algún rincón.
Lo bueno es que no me rescataste,
y permitiste que siguiera sin temor.

Alguna vez nuestras almas se besaron
y nos convertimos en uno mismo.
Recuerdo que ha sido lo mejor que he sentido,
ser uno en tí, contigo.

Alguna vez lloramos abrazados
y tuve que decirte adiós.
Al principio tuve mucho miedo,
y créeme que aún lo tengo.

Alguna vez caminé sin tí,
y fue el peor invierno.
Finalmente comprendí
que el frío es peor estando solo.

Alguna vez busqué tus abrazos,
pero no estabas para dármelos.
Ya te encontrabas bastante lejos,
o tal vez yo no podía encontrarlos.

Alguna vez volví a buscar tus besos,
pero no los encontré en tu recuerdo.
Sólo me queda esperar escribiendo...
Alguna vez te veré de regreso.

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Todos tenemos alguien a quien esperar.

La peor trampa

Esa es la ironía de la vida,
la vida misma:

Amor implica eventual dolor,
creer implica desilusión,
ganar implica perder (en un futuro).
Vivir implica morir.
Tendremos y faltará más;
y siempre algo bueno
va con algo malo.

La vida es un antónimo de sí misma,
el chiste se cuenta solo.

Esa
es la trampa del juego,
- las letras pequeñas en el contrato –
Nunca nos lo dicen
y muchos no lo saben..
La gran mayoría
jamás lo sabrá.
Todos somos patéticos:
eso es lo divertido.
Los pocos concientes
como tú, como yo,
no podemos hacer nada,
nada.

Fluye el dinero,fluye el amor,
fluyen las penas
y las vidas.
fluyen el tiempo y las sonrisas
y fluye todo.
Y todos quieren todo,
pero nadie lo piensa un poco.
Somos parte de un juego
que no podemos perder,
y tampoco podemos ganar.

Algunas veces
me parece la peor trampa.

Ascendente destino

No quiero dejar de alucinar,
pero se desvanece esa imagen
que me mantiene animado,
la calavera vuelve a su sitio.

El cielo se torna grisáceo
y tu recuerdo traslúcido,
los insectos que anidan mi cabeza
devoraron tu sonrisa.

Tu cráneo yace inerte y
nuestros lazos desgastados,
las caricias del pasado
enterradas en la almohada.

Tus pies seducían la arena,
impulsaban su ascenso
a las nubes y la erizaban
sin tocarla.

Hipnotizaste al amanecer,
y hacia mis ojos soplaste la brisa
que latigueó mis pupilas,
ya no apreciaré más tu forma
me ha frustrado la ceguera.







Olvidar

Todos tenemos un recuerdo que queremos enterrar.

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"Idiota".

Se dijo a sí misma, apagando la computadora. Le repugnaban aquellas pláticas. Conversaciones sin sentido que no hacían más que revivir viejos recuerdos que intentaba olvidar.

"...Olvidar"

No sabía si era lo correcto, pero se intentaba convencer de que era lo mejor para los dos. O al menos para ella, al final de cuentas, él ya no le importaba... O al menos eso debía de aparentar.

“Él debe de pensar que ya lo olvidé… Tal vez sólo así me olvidará”

Se levantó de la cama y caminó hasta el espejo. Apenas se alcanzaba a distinguir que había llorado, no podía permitir que sus padres la vieran así. Ella debía ser fuerte, se había propuesto olvidar todo y dar un paso adelante.

Se fijó en su reflejo. Veía a él en sus ojos. La parte de él que siempre viviría dentro de ella, y que nunca saldría.

“¿Por qué simplemente no lo puedo olvidar?”

¿Es lo correcto olvidar a alguien? Siempre he estado en desacuerdo con esto. Si amaste a una persona, un cachito de ella pasa a formar parte de ti. Con esto me refiero a tu forma de actuar, de pensar, y de vivir. Si la olvidaras, perderías todos los aprendizajes que obtuviste a través de los buenos momentos.

Bueno, también de los malos.


Estaba llorando otra vez. Uno de los cajones del tocador estaba abierto y de ahí se asomaba una hoja maltratada donde fue escrito el último poema que él le escribió. Un fragmento del poema leía:

"Y aunque a veces no todo nos salga bien
siempre estarás rozándome la piel.
Siempre te amaré, y lo sabes.
Lo sabes."


“Y ahí lo tengo otra vez… Los versos que me escribió, hoy ya no valen nada. Palabras vacías que sólo me recuerdan que todo se terminó. Es difícil volver a recordarlo todo”

Ya no sabía qué hacer. Lo había dado todo por él, y él nunca lo supo apreciar.

"Le fue tan fácil decir adiós, así como también le es tan fácil decirme "que me extraña". Lo odio. ¿Por qué no puede dejarme ir, y ya?"

Dejó caer su cuerpo sobre la cama de nuevo. Ella no se merecía esto. Tomó el poema y lo arrugó contra su pecho... Ella lo seguía amando, y sabía que él también la amaba. Pero todo era muy complicado. Él no era lo suficientemente maduro.

Vibró su celular. Un inbox. "Te extraño. Todo esto ha sido muy difícil."

"¿Difícil para él? Ni se imagina..."

Cada vez le brotaban más lágrimas. Por un momento le pareció que las lágrimas eran rosas... Pero fue sólo su imaginación.

"Tal vez tomar un poco de aire ayude a tranquilizarme un poco"

Se levantó de la cama, de nuevo, y cruzó toda la habitación. Durante su trayecto, no pudo evitar observar una foto de él que tenía aventada en un rincón empolvado... Sintió una punzada de tristeza. Necesitaba salir de ahí. La melancolía flotaba por el cuarto, esperando a que ella respirara para poder entrar en ella.

Llegó hasta la puerta que buscaba. La abrió y pegó un salto hacia la noche. A pesar de la violencia, secuestros, promiscuidad y tal vez uno que otro casino que podría estar en llamas, su pueblo le gustaba, y más cuando la gente dormía.

Lo había logrado. Logró huir de la melancolía que quería adentrarse en ella. Era una mujer demasiado fuerte como para sufrir por desamor. Sin embargo, al voltear al cielo, volvió a ser asaltada por el recuerdo.

“Cuando estábamos juntos, solíamos tirarnos a ver el cielo. Justo antes de quedarme dormida viéndolo, el me tomaba delicadamente de la mano, y me prometía que nuestro amor iba a ser eterno… Pero él tuvo que terminarlo.”

Lloró como no lo había hecho desde que se fue de su lado. Por sus mejillas fluían lágrimas cargadas de una inmensa melancolía.

Y llorando ahí, fue cuando su razón finalmente se resignó. Lo amaba, y no iba a dejar que la vida se lo quitara así de fácil. Siempre habían luchado por estar juntos. Al día siguiente le diría que deberían de verse, y acabar con la injusticia de estar separados.

Mientras pensaba esto, seguía llorando... Era una mujer hermosa. Tal vez lo era aún más cuando lloraba.

La mujer que lloraba... lloraba en un balcón, ignorando que era observada.

Finalmente, tal vez no sería la vida la que la mantendría separada de él.

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Precuela de "La Mujer Que Lloraba"

Algún escritor

Andaba pensando... bueno, da igual. Saludos



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Algún escritor

Era un escritor que encontró al mundo.
Y lamentándose preguntaba:
¿Acaso tiene que ser así?
Hay suficiente traición y odio,
rencor en el hombre común.
Y es que todos viven en su burbuja
ignorando lo ajeno,
siendo egoístas.
Hay suficiente odio
como para alimentar
al mejor ejército.

Un escritor encontró al mundo,
y asustado quedó, perplejo.
El mundo no le quería
porque, en realidad,
el mundo no quiere a nadie.
Más sabiendo esto:
¿Cómo vivir?
¿Cómo pueden vivir los demás?
A nadie le importa...
Pareciera que no se han dado cuenta
... de nada.

Un escritor encontró al mundo.
Y tal vez no exista un remedio
para este mundo,
pero consuelo...
consuelo siempre queda.
¿Cuál es?


Escribir.



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